Rafael Matos Féliz
Es posible
que con esta entrega, seles amargue la vida a algunas personas que ya tienen
sus informaciones subjetivas y diferenciadas de lo que trata este artículo y
por lo tanto se resistan a aceptar la verdad ya comprobada.
En
alguna ocasión, todos hemos oído eso de que el “amor es ciego” o la frase de “te
amo con todo mi corazón”. Este andamiaje del enamoramiento ha sido construido
por los humanos desde los tiempos de Aristóteles hasta nuestros días. Hubo
civilizaciones que le dieron al corazón la facultad de esencia vital del almay que
dependiendo de su peso en comparación con el peso de una pluma,determinaba si
una persona iría o no al “paraíso”.
Con
respecto a la ceguera del amor, ya existen demasiado evidencias de que esa
afirmación es una falacia y por el contrario se sabe que el amor tiene ojos,
oído, tacto, gusto y olfato. Se conoce que cuando un hombre se enamora se
activan en su cerebro las áreas de los estímulos visuales mientras que en las
mujeres se estimulan las áreas de la memoria.
Con
respecto a amar con el corazón, esta incorrecta apreciación es la que ha
desatado la mayor construcción de falacias y ha hecho que hoy al corazón se le
vea como el responsable de los odios, de los amores, de las venganzas y de
otras creencias que vilipendian a ese órgano tan vital para los seres humanos y
también para muchos animales.
Incluso,
diversos textos religiosos le han dado al corazón la categoría de ser muy bueno
o muy malo, dependiendo de la persona que lo posee. Hasta se escucha el
desprecio racista de “esa persona tiene el corazón negro”, o “tiene demasiado
odio en su corazón”, queriendo decir con ello, de que una persona es muy mala o
despreciable.
Mis
amigos, el corazón no tiene que ver con las cosas que le endilgamos, la única
culpa de él es latir más fuerte en algunos momentos, para nosotros darnos
cuenta de que algo especial o algo diferente está pasando.
¿Cómo
funciona el sentimiento del amor?Cuando uno se enamora se estimulan hasta doce áreas
cerebrales distintas.Todas esas áreas trabajan conjuntamente para liberar
las sustancias químicas que inducen la euforia. Se
libera la Dopamina, la Oxitocina, la Vasopresina o la Adrenalina.En ese
intercambio de estímulos, se descargan ciertas sustancias que impactan el
hígado, lo que genera que éste libere hormonas llamadas glucocorticoides.
El cerebro envía
señales a la glándula adrenal, que segrega hormonas como la adrenalina, la
epinefrina y la norepinefrina, éstas fluyen a través de la sangre y hacen que
el corazón lata más rápido y más fuerte.
Algunas
glucocorticoides son hormonas sexuales y de ahí la sensación desentirnos bien
con la persona que nos atrae. Vemos a la persona amada como un ser maravilloso,
alguien especial, aunque para los demás no tenga nada de especial.Luego es muy
común que veamos todo diferente,los colores, las formas de los objetos, en
otras palabras, estamos embobados.
Cuando alguien nos
gusta, tenemos tanta energía que el corazón comienza a acelerar su ritmo
cardíaco; por ello la asociación del amor con dicho órgano. Es una respuesta a
lo que el hígado está induciendo. La pasión que se siente es el hígado trabajando
con las suprarrenales. Es por esto que se dice que el enamoramiento es un
proceso neuroendocrinológico.
Se conoce, por estudios del cerebro,
cómo las áreas cerebrales implicadas en el enamoramiento no se activan en las
personas con determinadas patologías neurológicas, ciertas lesiones cerebrales,
tumoraciones, ictus, algunos casos de autismo y con el síndrome de Asperger.
Si el corazón amara u odiara,
imaginémonos la persona a la que se le hace un trasplante de corazón. Eso
significaría que sus amores y odios se van con su corazón extirpado y que
comenzará a amar y odiar a personas que no conoce, las que tiene el
corazóndonado. ¿Ustedes han visto al diache?
Reconozco que al corazón les han
cantado los artistas, los poetas le han escrito muchos versos y los enamorados
oyen más romántico “te amo con todo mi corazón”. San Valentín, por ejemplo, es
toda una fiesta del corazón. Pero la verdad es que no se ama con el corazón
sino con el cerebro.
Asímis amigos, que si ustedes me
dicen que me aman con el corazón, yo los entendería y lo aceptaría, pero si me
dijeran que me aman con todo el hígado o con todo el cerebro, sería para mí una
gran y real verdad y una gran satisfacción.
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