SANTO DOMINGO. El clima favorable que tuvo el presidente Danilo Medina, medido en los niveles de popularidad por encima del 80% que le daban las encuestas en los primeros dos años, se torna complejo en la actualidad, afectado por diversas críticas a su gestión.
Santo Domingo. Los cuestionamientos surgen de parte de partidos opositores, a menos de un año para las elecciones del 2016; de sectores de la sociedad civil; y de su propia organización política.
El suicidio del arquitecto David Rodríguez destapó un cofre de irregularidades y corrupción en la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) que desde entonces se ha convertido en sede de protestas de grupos de la sociedad civil que piden el cierre de esa dependencia estatal.
A pocos metros de la OISOE están las puertas del Palacio Nacional, a donde constantemente se presentan grupos en demanda de reivindicaciones sociales. Una de las más recientes la hizo la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD) que pide la restitución de 28 controladores aéreos cancelados del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC).
Al Palacio también acudieron los gremios de la Salud que demandan un 5% del presupuesto nacional para ese sector, un reclamo ignorado en la conformación del presupuesto que hizo Poder Ejecutivo, y que fue aprobado el martes en el Congreso Nacional.
A las protestas se suman las críticas de los partidos de oposición, específicamente el Revolucionario Moderno (PRM) y Alianza País. A la gestión de Medina se le cuestiona, entre otras cosas, el manejo del dengue, una enfermedad que se ha llevado este año unas 100 vidas. También el fracaso del gobierno en materia de corrupción, en seguridad ciudadana y el de las relaciones con Haití, que ha afectado el intercambio comercial entre los dos países.
A lo interno del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) también surgieron cuestionamientos al mandatario cuando materializó su intención de reelegirse.
Los acuerdos arribados para la reforma constitucional repercuten en la actualidad en la repartición de cargos, y todavía ayer se leían cartas de renuncia de miembros del PLD que no están conformes con la distribución de candidaturas.
Los politólogos Freddy Ángel Castro y Henry Blanco Castillo coinciden en señalar que el panorama afecta la popularidad el mandatario, aunque difieren sobre qué tanto.
Para Castro, el mandatorio sigue firme en la aceptación del pueblo, y ve en las protestas un matiz político. “Las protestas anti corrupción no serán tan contundentes para generar un cambio en la intención del voto”, plantea.
Pero Blanco Castillo opina que en Política nada está escrito y que la combinación de todos los frentes abiertos puede generar un cambio drástico de las tendencias, con miras al 2016.
“Si no se envían luces claras de tener voluntad de enfrentar esas cosas, se podría fortalecer a la oposición”, advierte.
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