SANTO DOMINGO.- El alboroto o asombro por la designación del nuevo arzobispo de Santo Domingo, se propaga y evoca acontecimientos del pasado que sitúan a monseñor Francisco Ozoria Acosta como un defensor de los inmigrantes o descendientes haitianos, y dueño de una postura radicalmente opuesta a la de su antecesor en el cargo, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez.
El nombramiento del nuevo arzobispo metropolitano de Santo Domingo revive un escándalo de hace varios años con respecto al tema haitiano, en el que Ozoria Acosta, como obispo de la diócesis de San Pedro de Macorís se vio involucrado y prácticamente lo enfrentó con López Rodríguez.
Se trata de un episodio protagonizado por el sacerdote de origen estadounidense Chistopher Hartley, quien realizaba acciones a favor de la comunidad haitiana radicada en República Dominicana, como misionero pastoral en la parroquia de San José de los Llanos, San Pedro de Macorís.
Al hoy arzobispo de Santo Domingo se le atribuía prohijar y apadrinar acciones y pronunciamientos del padre Hartley, quien constantemente denunciaba maltratos de todo tipo en contra de los inmigrantes haitianos y sus descendientes en el país.
Sin embargo, copias de documentos originales suministrados a El Nuevo Diario, revelan una serie de situaciones entre el obispo Ozoria Acosta y el sacerdote extranjero, que indujeron a que el último tuviera que abandonar el país.
Una comunicación que Ozoria envió a Hartley, el 21 de septiembre del 2006, el remitente le pide al sacerdote su salida del país, mientras le reprochaba haber cometido cosas muy “lamentables, hechos inconcebibles y acciones inadmisibles para un sacerdote”.
“Verdaderamente estoy anonadado y escandalizado, porque siempre creí en la profundidad de tu vida espiritual. Lo que ha sucedido afecta al bien de las almas, tu ministerio resulta perjudicial”, expresaba el obispo de SPM en contra del padre Hartley.
En la misma misiva, Ozoria se mostraba implacable con el cura norteamericano, a quien decía que su modo de actuar estaba produciendo grave detrimento o perturbaciones a la comunión eclesiástica.
“Creo además –añade el obispo- que nunca volverá a nacer mi confianza en ti. Por todo esto, me veo en el deber de solicitarte, paternamente, por amor a Dios y a la Iglesia, y por tu propio bien, que renuncies a tu condición de párroco y a los demás cargos pastorales”.
En otro documento, dirigido a toda la diócesis de San Pedro de Macorís, Ozoria habla del padre Hartley como una persona prepotente, desleal y con afán de protagonismo, que lo llevaron a creer que lo podía todo y que nada servía sin él.
“El padre Christopher no se fue de la diócesis por el bien que hizo. Le pedimos que dejara la diócesis por delitos graves que nos reservamos”, precisaba el obispo en el documento.
El padre Hartley llegó a realizar una serie de denuncias públicas sobre supuestos maltratos en contra de los haitianos que habitan los bateyes en San Pedro de Macorís, lo que mereció la reacción y el rechazo del Grupo Vicini, con acciones importantes en la industria cañera de esa zona y otras partes del país.
En un tercer documento, a propósito del conflicto con el padre Hartley, el actual arzobispo metropolitano asegura que la salida del país del sacerdote en cuestión no se produjo por presiones del gobierno dominicano ni del Cardenal López Rodríguez o la familia Vicini.
Hartley, quien permaneció en el país por nueve años (1997- 2006), además de criticar las condiciones de vida en los bateyes, expresó su interés de mejorar las formas de trabajo de los haitianos y documentó la situación en una película que tituló “El precio del azúcar”.
Comentarios por la designación
Se recuerda que en noviembre del 2015, posterior a la publicación de la Carta Pastoral de la Conferencia del Episcopado, que trató la situación de los haitianos, López Rodríguez -a quien hoy sustituye Ozoria- fustigó a los “hermanos sacerdotes” extranjeros que han denunciado en foros internacionales un supuesto maltrato en bateyes. Calificó las denuncias de abuso y atrevimiento.
Un periódico de circulación nacional, editorializó este martes sobre el tema señalando que monseñor Ozoria “permitió los desmanes antidominicanos del Padre Hartley en su diócesis. Fuera por temor o por simpatía, esa señal de debilidad deviene peligrosa para los dominicanos, al tratarse de una posición de tanta influencia y poder en una nación católica como la nuestra”.
Articulistas y hacedores de opinión han escrito que Ozoria es miembro de la Comisión para la Pastoral Haitiana y de la Pastoral de los Operadores de la Salud (que incluye a los curanderos), así como integrante de la Pastoral de la Movilidad Humana (incluyendo a los inmigrantes legales e ilegales).
Otros, tras reconocerle un estilo muy distinto al de López Rodríguez, ven en Ozoria Acosta poseedor de un liderazgo parecido al del papa Francisco: compasivo y no iracundo; inclusivo y no juzgador; inteligente y no visceral; ecuménico y no retrógrado; con firmeza razonada y no arbitraria tozudez.
DESTACADO: Recientemente, el pasado 29 de junio, el presidente Medina en un mensaje de felicitación al Cardenal López Rodríguez, en ocasión del 25 aniversario de su designación, destacó que éste se ha "consagrado a la defensa de nuestra nacionalidad".
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