SANTO
DOMINGO. Rita Solís, viuda del asesinado exrector de la Universidad
Autónoma de Santo Domingo (UASD), Mateo Aquino Febrillet) dice creer que
detrás del traslado de Blas Peralta a un Centro de Corrección y
Rehabilitación abierto “hubo manos poderosas”.
“No creo que una medida de esa naturaleza se tome al azar, ahí hubo manos poderosas”, dijo la viuda de Solís.
Hizo
un llamado al presidente Danilo Medina para que “no se equivoque” al
permitir que su Gobierno haga cosas que luego se reviertan contra él.
“Le
digo al presidente Danilo que por favor no se equivoque, que no dañe su
gobierno haciendo cosas que se van a revertir sobre él. No sé si él (el
presidente) lo autorizó, pero tengo un signo de interrogación porque
una medida así no la toma cualquier persona”, indicó.
Durante una
entrevista en Enfoque Matinal, en CDN, canal 37, y acompañada de su
abogado Luis Parra, Solís informó que al mediodía de hoy se reunirá con
el procurador general, Jean Alain Rodríguez, quien la convocó para
entregarle toda la documentación del traslado de Peralta.
En
horas de la tarde, después de las 5:00 p.m. informó que harán una
vigilia, acompañada de estudiantes de la UASD, para demandar justicia en
el caso de Aquino Febrillet, quien fue asesinado a principio de año.
“Por
favor no me dejen sola”, dijo Solís a la población para que la acompañe
en su lucha para que se haga justicia en el caso de su esposo.
Su
abogado, Luis Parra, informó que llevarán el caso al Juzgado de
Instrucción y que como la medida de la Procuraduría de hacer el traslado
al alegar problemas de salud de Peralta es de tipo administrativa la
atacarán en los tribunales.
Se recuerda que, según las evidencias
que depositó el Ministerio Público que dirige la Fiscalía, Peralta no
solo habría disparado contra el vehículo en el que se trasladó Aquino
Febrillet durante una persecución, sino que trató de ocultar las
evidencias del crimen, para lo cual se comunicó por teléfono con otro de
los acusados en el caso.
El Centro de Corrección y
Rehabilitación Haras Nacionales, al que fue trasladado Peralta desde
Higüey, es un antiguo centro vacacional convertido en un centro
correccional donde no hay rejas, barrotes ni policías y los reclusos
están como en casa. Los reclusos, envejecientes, se suman además a
actividades productivas, artísticas y recreativas.
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