SANTO DOMINGO.- La actual perspectiva política le otorga a Leonel Fernández una “oportunidad de oro” para reivindicar su legado presidencial, el que ha tratado de ser “nublado” u opacado por sus tradicionales adversarios y también por sectores que accionan de manera coyuntural dentro y fuera del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Con aspiraciones presidenciales ya manifiestas, pero oficialmente no anunciadas al país, el ex presidente Leonel Fernández estaría mostrando interés de superar y enmendar errores y debilidades de sus anteriores tres administraciones de gobierno (1996-2000), (2004-2008) y (2008-2012).
El ex presidente Fernández ha de ser el más interesado en restablecer su imagen y acomodar su posicionamiento ante la sociedad, pero más que eso, frente a quienes escribirán la historia política contemporánea de la República Dominicana.
En esa dirección descansaría, como eje central, los trabajos de proyectar a Leonel Fernández como candidato presidencial para las elecciones nacionales del 2020, proceso que se espera sea bien intenso, dentro y fuera de los partidos políticos.
Esto sin dejar de exhibir y enumerar de manera puntual los logros tangibles en esos 12 años de gestión, y proyectar de forma convincente una atractiva carpeta de nuevas obras y acciones.
Fernández, quien al asumir su segundo mandato, en 2004, venía de heredar la mayor crisis económica de la historia reciente, y por igual afrontar una grave y severa crisis financiera internacional a partir del 2008, logró conseguir un crecimiento y estabilidad económica, que terminaría convirtiéndose en el común denominador de sus últimos 8 años de administración desde el Palacio Nacional.
Resultados favorables como estos ocuparán primeros lugares en la agenda proselitista del leonelismo, así sea que los sectores económicos de incidencia en el país no requieran de muchos testimonios ni discursos para reconocer dicho crecimiento en la economía nacional.
Interpretar los cambios, un desafío
El camino para alcanzar la nominación presidencial, y posteriormente poder convertirse en el Presidente de la República, no será fácil de transitar y de eso el principal convencido es el propio sector leonelista.
A lo externo, Fernández tendría que desplegar esfuerzos combinados para lograr una reposición cercana a los mejores tiempos de su pasado.
Para ello, una principal e insoslayable opción es tener un mayor y decidido acercamiento con las bases del Partido de la Liberación Dominicana, mismas que se sienten marginadas por la cúpula oficialista y del PLD.
A Fernández, a quien se le considera un ducho en materia política y conceptualizador, no se le hará difícil entender que hoy la sociedad dominicana vive nuevos tiempos, y por tanto, otro desafío es saber interpretar sin pifias ni errores esos cambios que se han producido en el pueblo.
Poder canalizar con exactitud, sin lugar a sospecha de engaños, el convertirse nuevamente en el vehículo de las aspiraciones de los ciudadanos de esta época, será la parte más difícil del proyecto presidencial, pero igual no será un imposible.
Desafíos como candidato
De ganar la candidatura presidencial del PLD, a Leonel Fernández se le sumarían otros desafíos, tanto dentro del partido como a lo externo.
A lo interno, necesitaría armonizar al máximo el concierto de intereses que de manera natural surgen en un proceso que será “peleado”, y para ello una vía expedida sería llevar como compañero de boleta a un “ungido” por Danilo Medina, de esos que se dice son considerados por el Presidente de la República como su segunda carta ante la imposibilidad de su reelección.
Vendría una polarización
Dada la prohibición de la reelección del presidente Medina, el más probable de los escenarios posibles es que en el PLD se desate una lucha interna por la nominación presidencial.
En una competencia a lo interno del peledeísmo, es casi seguro que habrá una polarización entre Leonel Fernández y a quien Danilo Medina le haya echado el ojo para ser su relevo en el mando presidencial más allá del 2020.
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