Santo Domingo. Entre cinco y quince personas acusadas de diferentes delitos acuden diariamente por ante cinco departamentos de la Fiscalía del Distrito Nacional para firmar el libro de registro, dando cumplimiento a la presentación periódica que como medidas de coerción les impone el Juzgado de Atención Permanente de esa jurisdicción.
Entre los departamentos donde los imputados acuden a firmar el libro de registro, ubicado en el edificio nuevo de la Fiscalía de esa jurisdicción, se encuentran Homicidio, Falsificación, Drogas, Robo y de Criminalidad Compleja, entre otros.
En la gran mayoría de los casos de homicidios y de drogas, los imputados acuden a firmar el libro de registro, con sus escasas excepciones, según comentan fiscales investigadores de esos departamentos.
Empero, alegan que su interés principal es que “los imputados se mantengan atados al proceso” y que cuando el tribunal los cite “ellos acudan, sin necesidad de que se solicite su rebeldía”.
Tal es el caso de Josefina Méndez, acusada de homicidio, quien a la salida del edificio comentó que llegó a firmar el libro en ocho ocasiones, y que solicitó una certificación al fiscal investigador de “que cumplió con la disposición que el Tribunal de Atención Permanente le impuso, como medida de coerción”.
En el caso de violación a la Ley 50-88, sobre droga y sustancias controladas, algunos imputados que solo son consumidores de drogas no acuden a firmar el libro de registro, comentó el abogado Adolfo Serrano, quien se encontraba en la cuarta planta, a la espera de la llegada de un fiscal que requería la presencia de uno de sus defendidos.
“Algunos imputados son personas que tienen problemas mentales por el consumo y ni se acuerdan la fecha en que deben ir a llenar ese requisito”, argumentó el profesional del derecho, quien constantemente sube al conocimiento de las solicitudes de medida de coerción en el Juzgado de Atención Permanente.
Esa situación de esos imputados y otros acusados de diversos delitos, a juicio de una fiscal de la Unidad de Violencia de Género, conlleva que los tribunales declaren una gran cantidad de presos en rebeldía, quienes se encontraban con medidas de coerción consistente en presentaciones periódicas y no acudían a firmar el libro de registro.
“Ante la variación de prisión preventiva por la de presentación periódica, esa situación a los imputados se les hace fácil sustraerse del proceso, creando un “casco de botella en los tribunales”, comentó la fiscal litigante, quien se encontraba en el Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, a la espera de una audiencia de violencia de género.
A seguidas, explicó que es una situación complicada ya que el tribunal apoderado tiene que “citarlos mediante acto de alguacil para dar continuidad al proceso”, pero que no obstante, no comparecen, teniendo que ser declarados en rebeldía esos imputados.
De su lado, el abogado Emmanuel Pimentel dijo que la falta de asistencia de los imputados a la firma de los libros de registro, ha provocado una gran cantidad de casos de rebeldía, por lo que las compañías afianzadoras tienen un gran problema con eso.
Dijo que hay una serie de abogados que se prestan a conocer solicitudes de medidas de coerción y no les establecen a los imputados que luego de una medida coercitiva económica y presentación periódica, ellos quedan atados al proceso.
Libro récord
Cada uno de los departamentos tiene un libro récord, donde a cada imputado se le da entrada asignándole un número, tomando sus datos, como nombre, cédula de identidad y electoral, teléfonos, y se le anexa la resolución del tribunal que dispuso la presentación periódica por ante el fiscal investigador, según explicó una recepcionista del departamento de falsificación, ubicado en la tercera planta del edificio.
Relató que hay imputados de esos que al final de su firma solicitan a los fiscales de determinado departamento, una certificación de que ellos cumplieron con la decisión del juez que les impuso la presentación periódica como medida de coerción, contemplada en el inciso 4, del artículo 226 del Código Procesal Penal, que establece “la obligación de presentarse periódicamente ante el juez o ante la autoridad que él designe”.
Caso Omega
En el caso del cantante Antonio Peter de la Rosa (Omega), condenado por violencia de género, volvió a la cárcel luego de que un juez de ejecución de la pena del Distrito Nacional revocara la orden de libertad de la que gozaba por incumplimiento de las medidas impuestas, entre ellas que no acudía a firmar el libro de registro.
En el caso del merenguero de calle, el Ministerio Público aportó al juez de la ejecución de la pena, Elías Santini, certificación de que incumplió con la firma del libro de control, además de que no asistió a las terapias del Centro de Intervención Conductual para Hombres. Ahora el cantante cumple en la cárcel de La Victoria la totalidad de la pena en prisión, que es de cuatro años y cuatro meses.
Caso Sobeida
Otro caso de imputado, que no compareció a firmar el libro de registro de la Fiscalía del Distrito Nacional, lo fue Sobeida Félix Morel, quien cumplió sentencia, luego de que fuera condenada por el caso de la red que dirigía su compañero sentimental José Figueroa Agosto.
En esa ocasión, la ex jueza del Séptimo Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional que la dejó en libertad intimó a las compañías aseguradoras que ejecutaron el pago de la fianza, luego que ésta fuera declarada en rebeldía.
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