SANTO DOMINGO. Julio Cabero Almenara es catedrático de la Universidad de Sevilla, España. Considera que la tecnología contribuye a que los docentes sean creativos, porque les da la oportunidad de desarrollar estrategias para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje de una manera constructiva, participativa y colaborativa.
—En el 2000 usted defendía la tesis de que el profesor debía aprovechar las TIC para dejar de ser un retransmisor de informaciones. ¿Ha visto algún cambio significativo 18 años después?
Lo que creo que ha cambiado es que tenemos tecnología más amigable puesta a disposición de los profesores y los estudiantes. Antes un docente podía tener mucho miedo a incorporar la tecnología, porque pensaba que podría requerir verdaderos esfuerzos. La tecnología ahora es más amigable y lo verdaderamente importante es capacitar al profesorado para que sepa qué hacer con esa tecnología de una forma más novedosa y creativa.
—¿Cómo debe deber ser la formación actual del docente?
Creo que hay que formar al profesor, en una parte en el conocimiento pedagógico, es decir, qué tipo de estrategia puede aplicar sobre la tecnología y en un conocimiento sobre los contenidos.
Por ejemplo, si soy profesor de matemáticas, cómo puedo incorporar la tecnología y que seguro va a ser diferente a la que incorpore un profesor de otra disciplina.
—¿Cuál sería la mejor manera de incorporar esas estrategias en las TIC?
En todo plan de estudio de preparación de los docentes tiene que haber una asignatura de tecnología aplicada a la enseñanza.
Hay que facilitarles a los docentes que las tecnologías estén ahí a su disposición, que exista la conectividad.
—¿Cuál sería la forma más adecuada de enseñar?
Creo que lo que el docente debe saber es armonizar la enseñanza con la amplitud y diversidad de tecnología que tiene a su disposición y ahí nos estamos verdaderamente equivocando los docentes en no formar a los estudiantes en competencias digitales.
Hay alguien que en su momento lanzó la idea de los nativos digitales y los inmigrantes digitales y que los alumnos, por haber nacido en un período concreto ya eran competentes tecnológicos.
Los alumnos no son competentes tecnológicos, muchas veces lo que son es rutinarios tecnológicos, saben mover el dedo, manejarse en el WhatsApp, en una serie de redes sociales, pero lo que no saben es cómo incorporar esa tecnología a su elemento formativo y de capacitación y eso es un elemento que tienen que adquirir a través de las escuelas.
Tan mala es una formación que exclusivamente se apoye en el libro de texto, como tan mala es una formación que se quiera apoyar en internet. Hay que romper un gran mito de creer que la tecnología está por encima de la metodología y de la didáctica, porque eso no ocurre así.
—¿ A su juicio, quién es un buen docente?
Hay que capacitar al docente y al estudiante para que sepan que lo que tienen a su alrededor es una diversidad de tecnología.
En el caso de los docentes, no deben caer en el error de pensar que el mejor docente es el que utiliza la última tecnología de realidad virtual, sino el que utiliza la tecnología más adecuada para resolver un problema de comunicación con sus estudiantes.
El papel del profesor debería cambiar para dejar de ser un retransmisor de informaciones.
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