Mujer mordida por un hurón muere por rabia

Santo Domingo. Una mujer que fue mordida por un hurón el 30 de enero pasado en la calle 5 del sector Gurabo, en Santiago, falleció al contraer el virus de la rabia, de acuerdo con el acta de defunción.

Los parientes de Jacqueline Espinal Martínez, de 54 años, denunciaron negligencia por parte del personal médico del centro de salud donde fue atendida.

Explicaron que en principio llevaron a la dama a una clínica donde le inyectaron una antitetánica y luego fue referida a la Regional de Salud Pública para que le dieran seguimiento antirrábico. De allí la enviaron a un subcentro de salud donde le inyectaron varias dosis de antitetánica.

“La mandaron a Salud Pública, de la Regional la mandaron entonces a un centro, pero no tenía programa antirrábico y lo único que le pusieron fue antitetánica y ahora, a los dos meses, hace tres días, se le desarrolló eso que se había incubado. El acta de defunción dice claramente que murió de rabia”, manifestó el esposo de la dama fallecida.

En cuanto al hurón, dijeron estaba en el sector donde mordió a la dama porque fue llevado por un vecino que lo tenía como mascota.

La rabia

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud -OMS-, la rabia es una enfermedad vírica infecciosa que acaba siendo mortal en casi todos los casos una vez que han aparecido los síntomas clínicos.

En hasta el 99% de los casos humanos, el virus es transmitido por perros domésticos. No obstante, la enfermedad afecta a animales tanto domésticos como salvajes y se propaga a las personas normalmente por la saliva a través de mordeduras o arañazos.

Su periodo de incubación suele ser de 1 a 3 meses, pero puede oscilar entre una semana y un año, dependiendo de factores como la localización del punto de inoculación y la carga vírica. Las primeras manifestaciones son la fiebre acompañada de dolor o parestesias en el lugar de la herida. La parestesia es una sensación de hormigueo, picor o quemazón inusual o no explicable por otra causa. A medida que el virus se propaga por el sistema nervioso central, se produce una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal que acaba produciendo la muerte.