Una grave amenaza a las libertades y derechos fundamentales de los ciudadanos, “ya que deja claramente facultada para realizar investigaciones de todo tipo, incluidas las que tengan por objeto la vigilancia y seguimiento de personas, organizaciones y actividades políticas”.
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Por Rafael Méndez
“El espionaje ha sido y seguirá siendo una parte integral del arte de gobernar”… y “quien no sabe engañar no sabe gobernar”.
En declaraciones que emitiéramos en nuestra condición de expresidente del Colegio Dominicano de Periodistas, parecería que sobre la afirmación de que Ley que crea la Dirección Nacional de Investigaciones ha generado “legítimas preocupaciones”, y que la embestida desde los amplios y diversos sectores de la sociedad ha sido tan frontal y unánime que ha colocado ese adefesio jurídico en una evidente y total orfandad.
Pero en nada sobra que ante una realidad como la que pretendió esa legislación, se imponía de hecho y derecho que “ante la injusticia, la rebelión se justificara”, una expresión muy socorrido en aquellos tiempos de resistencia, pero que los “niveles de madurez de nuestra democracia”, obligaba desechar aquellos medios, y recurrir a procedimientos cívicos, que ponen a nuestra disposición el instrumental existente en el sistema jurídico de la República Dominicana.
Semanas después de interiorizar con mayores niveles de consciencia, nos arriesgamos a considerar que “adefesio de marras”, delata y dejar claramente al descubierto, que se trata de una trama que albergaba “fines inconfesables”, y que no deja lugar a dudas de que responde a mentalidades macabras… cavernarias, que sacaron las pezuñas como parte de su ensayo antidemocrático.
Pero de lo que al parecer no deja ninguna tipo de dudas es que el adefesios jurídicos que pretendió crear el nuevos sistema de investigación y espionaje, responde a nuevos y viejos, pero reeditados manuales, prédicas y enseñanzas de que “el espionaje ha sido y seguirá siendo una parte integral del arte de gobernar”… y que “quien no sabe engañar no sabe gobernar”.
A manera axiomática podemos sosteniendo que la ley que crea la nueva institución de inteligencia y seguridad del Estado, que dependería, del presidente de la República, como el actual DNI, constituye una grave amenaza a las libertades y derechos fundamentales de los ciudadanos, “ya que deja claramente facultada para realizar investigaciones de todo tipo, incluidas las que tengan por objeto la vigilancia y seguimiento de personas, organizaciones y actividades políticas”.
Oído al tambor
La Sociedad Dominicana de Diario, por solo mencionar una de todo el conjunto de la sociedad civil y reconocidos juristas, que alzaron su voz, para advertir el peligro y la amenaza que representa la Ley que crea la DNI, para la preservación de los más elementales derechos ciudadanos.
Y lo que yo entiendo como una ilustración, sin desperdicio, el Listín Diario, publicó el 3 de enero pasado, un artículo que recogido del digital tiene 19 páginas, con el sugerente título “El espionaje y el arte de gobernar”, cuyo autor es WILLIAM BURNS, director de la Central de Inteligencia de los Estados Unidos, donde el experto hace un recorrido histórico sobre las andanzas del organismo de inteligencia y espionaje del país del norte.
En ese trabajo, el autor guarda pocas apariencias, y hace revelaciones para ilustrar sobre la misión que ha cumplido y sigue cumpliendo la tenebrosa CIA, y llega hasta él los acontecimientos bélicos que mantienen la atención del mundo, y que nadie puede predecir hasta dónde podrían degenerar, aunque hay quienes afirman que estamos a las puertas de la tercera guerra mundial, en tanto otros como el Papa Francisco, asegura que ya estamos envueltos en esa conflagración.
“La CIA está compitiendo contra sus rivales para poner en práctica las tecnologías emergentes. La agencia ha nombrado a su primer director de tecnología. Y ha establecido otro nuevo centro de misión centrado en la creación de mejores asociaciones con el sector privado, donde la innovación estadounidense ofrece una ventaja competitiva significativa.
“En esencia, la profesión de inteligencia tiene que ver con las interacciones humanas, y no hay sustituto para el contacto directo para fortalecer los lazos con nuestros aliados más cercanos, comunicarnos con nuestros adversarios más feroces y cultivar a todos los demás. En más de 50 viajes al extranjero en casi tres años como director, he recorrido toda la gama de esas relaciones”.
Confiesa Mike Pompeo
El artículo del actual director de la Central de Inteligencia de Estados Unidos me recordó la confesión del pasado secretario de Estado, del país del norte, y quien fuera director del organismo, Mike Pompeo, recogido en el libro “La Frontera Salvaje, del autor Jorge Majfud, y que tiene como subtítulo “200 años de fanatismo anglosajón en América Latina”.
“Cuál es el lema de los cadetes en la academia de West Point!…No mentiras, no engañaras, no robará ni permitirás que otros lo hagan….Pues, yo he sido director de la CIA y le puedo asegurar que nosotros mentimos, engañamos y robamos. Tenemos cursos enteros de entrenamiento para eso. Lo que nos recuerda la grandeza de los experimentos estadounidense”.
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